martes, 16 de marzo de 2010

ME LO EXPLIQUEN

"Me lo expliquen", decía Macario, el ingenuo muñeco de José Luis Moreno, representante máximo de ingenuidad y simpleza. "Me lo expliquen", digo yo, porque no se comprende qué significa exactamente el consejo que se da a las adolescentes de que consulten con un adulto antes de decidir abortar. Puesto que los padres se excluyen como consejeros, se deduce o que no son adultos, o no son válidos, mientras que se dan por hecho que los demás lo son por haber llegado a determinada edad. Pregunto: ¿son válidos los adultos que están en guerra en más de cien países? ¿Lo son los que han permitido que veamos en los telediarios que nuestros niños comienzan cada vez a edad más temprana a consumir droga mientras sube la tasa de fracaso escolar? ¿O quizá demuestran su madurez las personas que arreglan los problemas matando? Lo mejor sería llevar a nuestros adolescentes al campo y observar el comportamiento de los animales: cuidan de sus crías, les preparan el mejor sitio para vivir y los protegen. Hoy por hoy dudo mucho de que el ser adulto sea garantía de un comportamiento racional y acertado.

domingo, 14 de marzo de 2010

YO NO TRABAJO

"Yo no trabajo". Perdona, te estás equivocando, hay que hablar con propiedad. Tú si trabajas, lo que ocurre es que no esperas una remuneración económica a final de mes; tu satisfacción es diaria y consiste en ver salir a tu familia adelante con todo lo que eso conlleva. Además sabes sacar de donde no hay, de manera que tu casa parece el ánfora de la viuda del evangelio, que por mucho que sacaba nunca se veía vacía. Cuando llegue la Navidad, harás encaje de bolillos, pero tu familia se sentará en la mesa y seguro que ésta estará llena, si no con manjares, con cosas sencillas, que la alegría de estar juntos condimentará como un menú de lujo. Y quizá vuelvas tú misma a hacer los dulces, pues gastar no es obligatorio y la necesidad aviva la inteligencia como ninguna otra cosa. Vamos, que se podría cumplir en ti lo que decía Margaret Tatcher: "cualquier mujer que entienda los problemas de llevar una casa estará más cerca de entender los problemas de llevar un país". Resumiendo: tu trabajo es imprescindible para la sociedad. Pues lo dicho, hay que hablar con propiedad: tú sí trabajas.

jueves, 11 de marzo de 2010

IMPUESTOS RENTABLES

¡Que me devuelvan mis impuestos! Quizá no me haya explicado bien. Pido que la parte del dinero que aporto como contribuyente para costear la educación de nuestros niños y jóvenes, sea enviada a algún país donde se valore la educación algo más de lo que se valora aquí. Lo que realmente se valora es aquello que ha costado conseguir, pero cuando todo es "gratis", nos podemos pasar las mañanas como los protagonistas de la película de Fernando León de Aranoa, "al sol". Eso sí, la calefacción y el aire acondicionado, en su punto. Me niego a aceptarlo. Si a los padres nos pusieran una multa por cada suspenso, ya procuraríamos que fuesen pocos, pero como todo es "gratis", nos despachamos con el el consabido "yo no puedo con él/ella". Ya es hora de que dejemos de vivir en los munods de Yupi y aprendamos que nada que merezca la pena se consigue sin esfuerzo. Pues lo dicho, que me devuelvan la parte proporcional de mis impuestos. Si no es así, al menos que sean rentables. Exijo.

miércoles, 10 de marzo de 2010

LA LENGUA DE CERVANTES

¿Problemas para elegir un regalo? Solución: una brújula. Puesto que estamos perdiendo el norte, qué mejor que una ayuda para recuperarlo. Sólo esto explica que en algunas comunidades autónomas se insulte y llame "fachas" a los alumnos que utilicen el español, la lengua en la que Miguel de Cervantes escribió la mejor novela de todos los tiempos; la misma en la que Lope de Vega, nuestro autor más prolífico, produjo hasta tres mil sonetos; la que sirvió a Rubén Darío para exaltar los ánimos más sosegados en su Marcha Triunfal: ¡Ya viene el cortejo! ¡Ya viene el cortejo! ¡Ya se oyen los clarines! Con la que don Francisco de Quevedo comienza "Cerrar podrá mis ojos la postrera...", para expresar que el amor permanecerá después de la muerte en uno de los sonetos más bellos de las letras españolas. Sabor popular, especialmente andaluz, en "La Casa de Bernarda Alba", cuyos diálogos fluyen con maestría de la pluma de García Lorca... Casi cuatrocientos millones de personas, según la UNESCO, hablan castellano en el mundo. Pues eso, ¡una brújula!

QUE SE PORTE BIEN

Que mire usted, que yo lo único que quiero es que mi niño se porte bien. Pues entonces ya se puede sentar nuestro angelico (aspirante a medir uno setenta por la parte más corta, y a convertirse en un armario de dos puertas y media como mínimo). Las dos primeras horas permanece tranquilo y en silencio; tampoco es necesario despabilarse tan pronto cuando tiene para hacerlo cuatro horas por delante. A tercera hora va moviéndose poquito a poco, cual polluelo que sale del cascarón y va descubriendo la vida. Además se le han dormido las nalgas o posaderas y hay que ir despertándolas para la hora del recreo. Ahora es cuando la serotonina, la hormona del bienestar, alcanza su punto álgido y encuentra un magnífico caldo de cultivo. A cuarta hora, relajación profunda controlandola respiración tras el esfuerzo. En las dos siguientes, juega un partido de teneis virtual, según se deduce del movimiento continuo de cabeza a un lado y a otro. Por cierto, debe ir ganando porque está contento, feliz, sonriente. ¿Está pensando en que la hora de salir está cerca? Hasta mañana, Doña... ¡Ea! ¡A descansar!

martes, 9 de marzo de 2010

POR TOCAS

Venid, adolescentes, que os voy a contar una historia: cuando yo tenía vuestra edad, mi padre, aunque no perteneciera al ejército, podía haber sido capitán general con mando en plaza, tales eran sus dotes de mando. Mi madre representaba el poder ejecutivo, y doy fe de que ejecutaba perfectamente, y nos inculcó que todo en la vida, bueno o malo, tiene consecuencias. Ambos debían comunicarse telepáticamente, ya que el tiempo no daba para otra cosa que no fuera trabajar y sacar la casa adelante; sin embargo entendían lo mismo, por lo mismo. Vamos, que si hubiesen ejercido de mentalistas, Anthony Blake se habría tenido que ganar la vida como sexador de pollos. Todo esto se traducía en una serie de normas que había que cumplir a rajatabla, que no costaba demasiado, y que a ellos les facilitaba la tarea de educarnos. Algo que hoy por hoy se hace difícil, no porque no existan, sino porque no hay voluntad de cumplirlas si no es a cambio de alguna recompensa. ¿No os parece justo que ahora pongamos las normas los padres? Eso, lo que dice Isabel Pantoja, "ahora me ha tocado a mí".

lunes, 8 de marzo de 2010

ESTO ES PROGRESAR

Paren el mundo que yo me bajo, dijo Groucho Marx; y lleva razón, hay veces que dan ganas de bajarse; pero no, debemos seguir al pie del cañón porque merece la pena. Es inconcebible que, en pleno siglo XXI, las incoherencias campen a sus anchas. Es decir, una chica de 16 años por la mañana no puede hacer un viaje con sus compañeros porque sus padres se han olvidado de firmar la autorización; sin embargo, por la tarde podría abortar porque eso lo podría disponer libremente. Nos olvidamos de que las leyes se aplican en personas. Sería suficiente poner la cara de nuestra hija de 16 años a este hecho para que cambiásemos de parecer. Y lo más curioso es que a esto se le llama progresar. ¿Y si llamáramos "progreso" a mejorar el fracaso escolar? ¿Y si lográsemos enseñarles a diferenciar el bien del mal y convencerles de que el saber las hará más libres y menos susceptibles de ser manipuladas? Si esta sociedad "de la urgencia" en la que nos ha tocado vivir sigue confundiendo la frecuencia con la normalidad, que lo paren y tengamos la vergüenza torera de bajarnos todos.

sábado, 6 de marzo de 2010

LO MÁS LEJOS POSIBLE

Lejos, muy lejos; ya lo decía Voltaire: la única tranquilidad que se puede tener con las malas personas es que no cambiarán nunca. Por eso, de los maltratadores de animales, de la insensibilidad, crueldad y carencia de moral que representan, mantengámonos alejados. Nada bueno se puede esperar de quien hace sufrir o mata a seres que en muchas ocasiones han compartido su vida con ellos y de los que en la mayoría de las ocasiones se han servido. Por ejemplo, los perros, que tienen la inteligencia de un niño de dos años, descubren los mayores alijos de droga, localizan supervivientes, son los ojos para los ciegos, ayudan a los mayores a superar sus problemas, protegen nuestras vidas y defienden nuestras casas; incluso son las manos de las personas que tienen deficiencia en su movilidad. Es tanta su fidelidad que se dejarían matar por no defraudar a sus dueños. Y los dueños, los supuestos seres inteligentes de la creación, se comportan como animales. Cuando se perdió Elvis, nuestro perro, perdimos su cariño incondicional. Por eso, lejos, muy lejos...que no quepan en una sociedad civilizada.

viernes, 5 de marzo de 2010

NO HE DE CALLAR

No he de callar, por más que con el dedo
ya tocando la boca o ya la frente
silencio avises o amenaces miedo.
Dijo nuestro magnífico escritor D. Francisco de Quevedo.
Desde el más profundo respeto: no callaré si los padres no son los primeros educadores; si la educación no es el fundamento de nuestra sociedad; si la palabra violencia persiste en nuestro vocabulario; si no evitamos el fracaso escolar; si los "listos" se creen inteligentes; si seguimos olvidándonos de la ley del esfuerzo; si no equilibramos derechos y deberes; si la justa ambición no está impregnada de honradez; si se practica el "sírvase usted mismo"; si seguimos confundiendo frecuencia con normalidad; si seguimos ignorando que no son los pueblos los que hacen a las personas, y no al revés; si hay un solo euro de nuestros impuestos malgastado; si el comportamiento de una autoridad no es un modelo para sus subordinados; si no procuramos prevenir antes de solucionar; si hay quien busca el enriquecimiento rápido aun a costa de la salud de los demás y de las ruinas de las familias...

No he de callar si no recuperamos la escala de valores

martes, 2 de marzo de 2010

"COJONAZO"

Desde luego que fue un detalle que a alguien se le ocurriera sacarnos del ostracismo que suponía el masculino plural. Cuando se pensó que en el término "ciudadanos" estábamos incluidas las ciudadanas y el de "trabajadores", las trabajadoras, nos sentimos como si se hubiese frotado la lámpara de Aladino y hubiésemos salido de ella para demostrar que el mundo también era nuestro. Lo dicho, todo un detalle. Pero todavía utilizamos adjetivos que nos recuerdan lo que queda por pulir. Seguramente la fuerza de la costumbre es lo que han hecho que pasen desapercibidos. ¿Cómo nos referimos a algo que es fascinante, maravilloso o estupendo? ¡Cojonudo! ¿Y a lo que consideramos aburrido, pesado o molesto? ¡Un coñazo! Y las ciudadanas trabajadoras ni nos percatamos. Ocupar el lugar que nos corresponde es mucho más que cambiar el género de los sustantivos y adjetivos. Alargar el discurso es solamente eso, que sea un ¡cojonazo! A partir de ahora, lo que se refiera a nosotras será ¡coñudo! En la vida es importantísimo buscar el equilibrio, no sólo en el génro de las palabras sino también en los hechos.

EDUCADORES - PENÉLOPE

Penélope, esposa del rey de Ítaca, Odiseo, esperó durante veinte años la vuelta de su marido de la guerra de Troya. Fueron muchos los pretendientes que quisieron casarse con ella, pero los engañó haciéndoles creer que lo haría cuando acabase de tejer un sudario para el ex-rey, Laertes. Aquello se hizo interminable: lo que hacía de día, lo deshacía por la noche. Hacer - deshacer. Está pasando igual en la educación: se nos deshace a padres y educadores, nuestra labor, cuando nuestros hijos o alumnos reciben influencia de fuera. Interiorizan los comportamientos ficticios que ven en televisión, muchos de ellos inadecuados, integrándolos en su patrón de conducta habitual. Utilizan un lenguaje plagado de palabras malsonantes porque hay muchas series cuyos protagonistas, a veces, sus "héroes", las dicen. Los videojuegos violentos echan por tierra la cultura de la paz, porque se ha demostrado que inciden directamente en el comportamiento agresivo de los adolescentes y niños que los consumen. Y así... hasta que algo parece que nos impide avanzar. Sí que hay una solución: hacer - colaborar.