sábado, 6 de marzo de 2010

LO MÁS LEJOS POSIBLE

Lejos, muy lejos; ya lo decía Voltaire: la única tranquilidad que se puede tener con las malas personas es que no cambiarán nunca. Por eso, de los maltratadores de animales, de la insensibilidad, crueldad y carencia de moral que representan, mantengámonos alejados. Nada bueno se puede esperar de quien hace sufrir o mata a seres que en muchas ocasiones han compartido su vida con ellos y de los que en la mayoría de las ocasiones se han servido. Por ejemplo, los perros, que tienen la inteligencia de un niño de dos años, descubren los mayores alijos de droga, localizan supervivientes, son los ojos para los ciegos, ayudan a los mayores a superar sus problemas, protegen nuestras vidas y defienden nuestras casas; incluso son las manos de las personas que tienen deficiencia en su movilidad. Es tanta su fidelidad que se dejarían matar por no defraudar a sus dueños. Y los dueños, los supuestos seres inteligentes de la creación, se comportan como animales. Cuando se perdió Elvis, nuestro perro, perdimos su cariño incondicional. Por eso, lejos, muy lejos...que no quepan en una sociedad civilizada.

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