domingo, 14 de marzo de 2010

YO NO TRABAJO

"Yo no trabajo". Perdona, te estás equivocando, hay que hablar con propiedad. Tú si trabajas, lo que ocurre es que no esperas una remuneración económica a final de mes; tu satisfacción es diaria y consiste en ver salir a tu familia adelante con todo lo que eso conlleva. Además sabes sacar de donde no hay, de manera que tu casa parece el ánfora de la viuda del evangelio, que por mucho que sacaba nunca se veía vacía. Cuando llegue la Navidad, harás encaje de bolillos, pero tu familia se sentará en la mesa y seguro que ésta estará llena, si no con manjares, con cosas sencillas, que la alegría de estar juntos condimentará como un menú de lujo. Y quizá vuelvas tú misma a hacer los dulces, pues gastar no es obligatorio y la necesidad aviva la inteligencia como ninguna otra cosa. Vamos, que se podría cumplir en ti lo que decía Margaret Tatcher: "cualquier mujer que entienda los problemas de llevar una casa estará más cerca de entender los problemas de llevar un país". Resumiendo: tu trabajo es imprescindible para la sociedad. Pues lo dicho, hay que hablar con propiedad: tú sí trabajas.

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