martes, 2 de marzo de 2010

"COJONAZO"

Desde luego que fue un detalle que a alguien se le ocurriera sacarnos del ostracismo que suponía el masculino plural. Cuando se pensó que en el término "ciudadanos" estábamos incluidas las ciudadanas y el de "trabajadores", las trabajadoras, nos sentimos como si se hubiese frotado la lámpara de Aladino y hubiésemos salido de ella para demostrar que el mundo también era nuestro. Lo dicho, todo un detalle. Pero todavía utilizamos adjetivos que nos recuerdan lo que queda por pulir. Seguramente la fuerza de la costumbre es lo que han hecho que pasen desapercibidos. ¿Cómo nos referimos a algo que es fascinante, maravilloso o estupendo? ¡Cojonudo! ¿Y a lo que consideramos aburrido, pesado o molesto? ¡Un coñazo! Y las ciudadanas trabajadoras ni nos percatamos. Ocupar el lugar que nos corresponde es mucho más que cambiar el género de los sustantivos y adjetivos. Alargar el discurso es solamente eso, que sea un ¡cojonazo! A partir de ahora, lo que se refiera a nosotras será ¡coñudo! En la vida es importantísimo buscar el equilibrio, no sólo en el génro de las palabras sino también en los hechos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comparte tu opinión conmigo.