viernes, 25 de noviembre de 2011

UN CAMBIO NECESARIO


Lo espero como agua de mayo. Pienso, y como es lógico es mi humilde opinión, que nos hemos colado con media entrada. Por eso me alegro infinitamente cuando en el horizonte aparecen planteamientos que coinciden con mi forma de ver la vida y con aquellos valores que mis padres y mis maestros me inculcaron.

Leo en el programa electoral de uno de los partidos que se presentaban a las elecciones, que habrá una policía dedicada expresamente a los niños. Velarán para que no sufran malos tratos y controlarán el uso de Internet para que acosadores y pederastas los dejen en paz. Y algo que me parece sublime y que necesariamente no puede quedarse en agua de borrajas, es la prohibición de que la televisión emita programas de contenido violento. Teniendo en cuenta que la violencia no es sólo física.

Es incomprensible que pasemos de esconder los delitos a airearlos abiertamente y con total desfachatez en programas bochornosos que permiten que los delincuentes presuman de la facilidad con que se roba en sus barrios. Es repugnante escuchar a jóvenes que deberían estar formándose, contar ciertos aspectos de su intimidad que particularmente me producen la mayor de las vergüenzas. Es incomprensible que la madre de un delincuente que no guarda ningún respeto ni a familiares de la víctima ni a la propia justicia, cobre 10.000 € por pregonar sus miserias con tal de conseguir audiencia.

Acabemos con los malos ejemplos.