lunes, 17 de enero de 2011

El futuro aquí y ahora

Hay días en que las piezas del puzle vienen a colocarse, unas por suerte y otras por desgracia, en su sitio. Por suerte, nuestra Consejería de Educación tiene como objetivo primordial educar en la igualdad, y mi forma de ver la vida coincide absolutamente con este planteamiento. Por desgracia, escucho en la radio dos noticias espeluznantes: las violaciones ejercidas por los soldados en una guerra, y que las dos terceras partes de analfabetos en el mundo son mujeres. Las dos afianzan mi convecimiento de que la educación de la mujer es algo fundamental. Hay que empujar hacia arriba el platillo de la balanza que está más abajo. ¿Cómo? Con una buena formación para que se sientan válidas y seguras de sí mismas. Posibilitándoles los medios para lograr que en un futuro sean independientes en la medida deseada. Potenciándoles el espíritu crítico para no aceptar todo aquello que los demagogos que se crucen en su vida quieran imponerles. En definitiva, que sean libres para decidir sobre su persona, dando la importancia que se merece a la educación y a la cultura. Alguien dijo, y debía ser muy sabio, que QUIEN EDUCA A UNA MUJER EDUCA A UNA FAMILIA. Por todo esto, soy muy feliz en mi trabajo y lo considero de una tremenda responsabilidad. Quienes nos dedicamos a la enseñanza tenemos en nuestras manos el futuro de todo un país. Por eso ni abandono escolar ni fracaso. Es imperdonable consentir que haya alumnos que no salgan instruidos y formados. Maestros, profesores, padres y madres...¡es el momento!